La víbora hocicuda (Vipera latastei) es una especie icónica y endémica de la fauna ibérica a la cual dedicamos gran cantidad de contenido divulgativo. Por desgracia, se trata de la serpiente más amenazada de toda la Península Ibérica, hasta el punto de que en 2023 fue catalogada por la IUCN como Vulnerable (junto con la víbora áspid, Vipera aspis). Sus principales amenazas son la pérdida y fragmentación del hábitat, el cambio climático, la depredación por parte de otras especies en expansión y la persecución humana. Es mucho más sensible a estas amenazas porque tiene una tasa de dispersión y reproducción muy inferior a otros reptiles. Sumado a su escasez, existen otros parámetros que hacen muy difícil su detección en el medio: pasa fácilmente desapercibida por su camuflaje y su comportamiento esquivo, su fenología y sus hábitos cambian mucho entre poblaciones y hábitats y además su densidad poblacional es generalmente muy baja en la mayoría del territorio. Por ello, es muy difícil conocer el estado y las tendencias reales de las poblaciones de víbora a menos que se implemente una metodología de seguimiento a largo plazo.

Esta iniciativa nació a raíz del “Encuentro para el seguimiento de poblaciones de víboras ibéricas” en febrero de 2024, organizado en el CIBIO (Oporto) por la Asociación Herpetológica Española y la Asociación Portuguesa de Herpetología entre otras entidades, todo ello coordinado por el doctor Fernando Martínez-Freiría. En este evento científico, numerosas entidades y personas del ámbito de la herpetología en España y Portugal nos reunimos para diseñar una metodología basada en la experiencia de Fernando y establecer un seguimiento de distintas poblaciones de las 3 especies de víboras ibéricas de forma coordinada: la víbora hocicuda, la víbora áspid y la víbora cantábrica (Vipera seoanei).

Desde la Asociación Iberozoa monitorizamos dos poblaciones de víbora hocicuda en la Sierra de Guadarrama.